
Tarragona, ciudad que mira al mar desde un promontorio, es hoy un importante puerto industrial y complejo petroquímico, pero al mismo tiempo conserva las huellas de su esplendoroso pasado romano y medieval.
La fundación romana de Tarraco, se remonta al año 218 a.C. durante la 2ª guerra púnica como base militar para la conquista de la península. En el siglo I, bajo el mandato del emperador Augusto, la ciudad llega a ser capital de la provincia romana denominada Tarraconensis o Citerior. Es a partir de entonces cuando alcanza su época de mayor esplendor, construyéndose grandes edificios y como centro de congresos religiosos y residencia de emperadores.

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